Un imaginado y esbozado mural de Raúl Anguiano para la historia del IPN
JAVIER Enrique Zamorano López / GRUPO Informativo La Voz De Tantoyuca
Hace 80 años (1 de enero de 1936) se concretizó la idea visionaria del Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas del Río, de crear el Instituto Politécnico Nacional (IPN), apoyado por Narciso Bassols, Luis Enrique Erro y Carlos Vallejo Márquez. Del 1 de enero de 1936 hasta el 20 de febrero de 1937, Juan de Dios Bátiz Paredes, siendo Jefe del Departamento de Enseñanza Técnica Industrial y Comercial (DETIC), de la Secretaría de Educación Pública (SEP), se encargó y fungió como Director-Coordinador-Constructor. Fue hasta el 20 de febrero de 1937, en una ceremonia efectuada en el Palacio de Bellas Artes, cuando se fundó oficialmente, designándose a Roberto Medellín Ostos Director General.
En la Unidad Profesional “Adolfo López Mateos” (Zacatenco, Gustavo A. Madero, Ciudad de México), del IPN, se encuentra el edificio “Adolfo Ruiz Cortines”, Sede de la Coordinación General de Formación e Innovación Educativa (CGFIE), de la Unidad Politécnica para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (UPDCE) y de la “Sala Mural Raúl Anguiano”.
En la Sala, inaugurada el martes 23 de mayo de 2006, destaca la reproducción del boceto, dibujado por Raúl Anguiano, entre octubre y noviembre de 2005, en California: “Evolución del IPN a través de 70 años” (óleo sobre tela de lino y montado en madera sobre bastidores metálicos, 13 m de largo x 8 m de alto), pintado por Alejandro Caballero, su ayudante y discípulo, después del fallecimiento del Maestro, el viernes 13 de enero de 2006. Cabe mencionar que Brigita Liepins, viuda de Anguiano, donó 70 bocetos y estudios murales del Maestro, realizados a lo largo de su fructífera vida artística, de 1934 a 2005.
Se conoce un primer antecedente del estrecho contacto que el Maestro siempre tuvo con la Institución Politécnica. En 1935, el joven Raúl Anguiano (nacido el viernes 26 de febrero de 1915, en Guadalajara, Jalisco), ya había aprendido la técnica del mural al fresco y, siendo miembro de la Alianza de Trabajadores de las Artes Plásticas, organizada por Jesús Guerrero Galván, Roberto Reyes Pérez, Máximo Pacheco y Juan Manuel Anaya, entre otros, trabajó como asistente, en la pintura de un Mural (desaparecido) titulado “Las Fuerzas de la Historia o La Revolución Mexicana en la Educación”, 5 paneles realizados al fresco, cargados de ideas socialistas, nacionalistas revolucionarias y anticlericales, en el exterior de los Talleres, construidos y posteriormente destruidos por ignorancia de quien sabe quien, en lo que fue el Casco de Santo Tomás, hoy Unidad Profesional Lázaro Cárdenas, del IPN.
El imaginado y esbozado Mural “Evolución del IPN a través de 70 años” tiene forma de la letra “T”. En la delgada parte baja, vemos la figura, de cuerpo completo, del General Lázaro Cárdenas del Río y, detrás de él, el trazo de posibles rostros de todos aquellos hombres que soñaron que “La Revolución Mexicana en la Educación” debería tener una Institución Pública Nacional de investigación a nivel medio superior, superior y posgrado, para lograr los objetivos de reconstrucción, crecimiento industrial y económico del País, educando e instruyendo a profesionales provenientes de las clases sociales menos favorecidas de la sociedad mexicana.
En la gruesa parte del lado izquierdo, vemos a Quetzalcóatl (Serpiente Emplumada), símbolo del conocimiento y la sabiduría, surcando imponente el cielo azul, abajo del cual vemos el Planeta Tierra y el Norte de América, destacando la porción de México y, más abajo, a un joven leyendo un libro ¿de ciencia, arte: cultura? En la gruesa parte del lado derecho, vemos el engrane del escudo del Politécnico, representando la Ingeniería Mecánica y sus ramas afines. Abajo del engrane se ven los trazos de dos jugadores de fútbol americano y junto a ellos una burrita blanca, la legendaria mascota del Poli, y, al lado, más trazos de médicos examinando un cadáver, una torre de petróleo, el Planetario “Luis Enrique Erro”, un inmenso Sol, símbolo del Desarrollo Científico y Tecnológico y, arriba, en el extremo derecho, un satélite, que recuerda el lema de la Institución: “La Técnica al Servicio de la Patria”.
En 2015, al inaugurar la exposición “Raúl Anguiano, 100 años, 1915-2006, Viaje Onírico de una Vida”, para conmemorar el centenario de su nacimiento y en vísperas de festejar el 80 Aniversario de la fundación del IPN, Enrique Fernández Fassnacht, Director General de nuestra Institución, anunció la recreación digitalizada del Mural, imaginado, esbozado y nunca pintado por Raúl Anguiano. La reconstrucción de la imagen se logró -apuntó el Dr. Fernández Fassnacht- gracias a la información que el Maestro nos legó: bosquejos, dibujos preparatorios, anécdotas y por un minucioso estudio de su forma de trabajo.
No podía ser más oportuna la recreación artística digitalizada de la idea original y los esbozos, para pintar el Mural, para recordar al Maestro a 10 años de su fallecimiento y para conmemorar el 80 Aniversario del IPN. Por ser una obra de madurez artística –comentó el Dr. Enrique Fernández Fassnacht- se realizó una profunda investigación de la producción mural en sus distintas etapas, el espectro cromático de su paleta y todos los aspectos técnicos y conceptuales necesarios para recrear fielmente esta significativa obra.
Nuestro deber es cuidarlo y conservarlo para la posteridad y que sirva como marco de referencia histórico-artístico a las nuevas generaciones de politécnicos que conmemorarán el centenario de la fundación de nuestra Institución (2036) y recuerden que hubo un artista llamado Raúl Anguiano Valadez, el último de los grandes muralistas mexicanos de los siglos XX y XXI, que amó profundamente al “Politécnico fragua encendida, con la chispa del genio creador…”